La vida es un hilo que en cualquier momento se rompe entonces entendí la importancia de aprovechar cada segundo al máximo y cuidar de mi jardín: afuera donde todos ven y adentro donde habito yo. Natalia Lafourcade (✽)
Siempre he soñado mi casa con un jardín, por defecto mi definición de casa incluye un jardín, más jardín que casa. La casita de la señorita Miel es la primera que se me venía a la mente cuando imaginaba la que tendría de adulta. Hace mucho —perotengomuypresente— una amiga preguntó dónde nos veíamos en el futuro y sin pensarlo contesté que en un lugar donde sienta paz y justo es eso lo que las casas de la señorita Miel emanaban, paz; o más bien era ella la que irradiaba paz y sus casas se tornaban en una extensión de su ser.
Ahora mismo, lo único que me acerca a ese jardín es escribirlo.
Mi jardín parece un lugar apartado del resto del mundo, donde convive el humano y la naturaleza, con la puerta siempre abierta. Un lugar donde pueda estar en solitud, pero también donde pueda poner una mesa e invitar a mis amistades a cocinar, comer, convivir y entregar al viento todas nuestras penas. Un lugar de paz, no solo para mí, sino también para los pajaritos, las abejas, los tlacuaches, los que necesiten refugio, y para los que más me importan en esta vida.
Quiero un jardín para mis amigxs, para ti, amigx, un jardín donde sea posible contemplar cómo el hilo de la muerte pasa por el ojo de la aguja que cose la vida. Espero que podamos. Espero que nos dejen. Juan Cárdenas (✽)